De pequeña
mayo 10, 2020
Era demasiado rebelde
y mi peinado tenía que ir acorde con mi espíritu.
Quería ser veterinaria.
A los cuatro años, me atropelló un coche. Por ello, estuve ingresada en el hospital y cuando me dieron el alta, por prescripción médica, pude hacer algo que me encantaba hacer y que los adultos no me dejaban. Beber con cañita para hacer millones de burbujas, y es que siempre la liaba.
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